Más de 50.000 personas han pasado ya por la catedral de Turín desde el 10 de abril para contemplar el lienzo que envolvió el cuerpo de Cristo en la sepultura, antes de su Resurrección. Se espera que lleguen al millón y medio los visitantes que contemplen esta reliquia hasta el último día de la ostensión, el 23 de mayo.
Esta primera exposición del siglo XXI está relanzando los estudios científicos sobre la tela, y también la fama de imágenes como el Cristo de la Hermandad Universitaria de Córdoba, único en el mundo porque recoge hasta el más mínimo detalle la información que transmite la Sábana Santa, en absoluta concordancia con los datos científicos sobre el comportamiento del cuerpo humano en una situación semejante.
El Cristo es obra del escultor Juan Manuel Miñarro, catedrático de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla, y producto de la intervención de un equipo multidisciplinar en el que destaca la participación de hematólogos que han identificado sin género de dudas las heridas, su disposición, y la distinción entre la sangre pre- y postmortem, que queda reflejada en la talla.
Ésta representa un Jesús de 1,80 metros de estatura, colgado del madero con un ángulo de 65°, con el brazo derecho dislocado por los esfuerzos para respirar, coronado por un casco de espinas de la especie "Ziziphus jujuba", con el vientre hinchado y la piel con una tonalidad específica una hora después de la muerte. Las rodillas están desolladas por las caídas (la estatua incorpora también incrustaciones de tierra traída de Jerusalén), y el cuerpo refleja las múltiples lesiones causadas por el peculiar flagelo romano. La lengua y los dedos de los pies muestran un color azulado tras el fallo cardiaco que precedió a la muerte.
La talla, de madera policromada, refleja diez años de estudio de su autor y responde a una vieja aspiración de la Hermandad Universitaria, que desde 1992 quería venerar un Cristo inspirado en la Sindone. En 2007 se encargó la obra, que fue entregada en marzo de 2010, cuando fue expuesta por primera vez.
Esta primera exposición del siglo XXI está relanzando los estudios científicos sobre la tela, y también la fama de imágenes como el Cristo de la Hermandad Universitaria de Córdoba, único en el mundo porque recoge hasta el más mínimo detalle la información que transmite la Sábana Santa, en absoluta concordancia con los datos científicos sobre el comportamiento del cuerpo humano en una situación semejante.
El Cristo es obra del escultor Juan Manuel Miñarro, catedrático de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla, y producto de la intervención de un equipo multidisciplinar en el que destaca la participación de hematólogos que han identificado sin género de dudas las heridas, su disposición, y la distinción entre la sangre pre- y postmortem, que queda reflejada en la talla.
Ésta representa un Jesús de 1,80 metros de estatura, colgado del madero con un ángulo de 65°, con el brazo derecho dislocado por los esfuerzos para respirar, coronado por un casco de espinas de la especie "Ziziphus jujuba", con el vientre hinchado y la piel con una tonalidad específica una hora después de la muerte. Las rodillas están desolladas por las caídas (la estatua incorpora también incrustaciones de tierra traída de Jerusalén), y el cuerpo refleja las múltiples lesiones causadas por el peculiar flagelo romano. La lengua y los dedos de los pies muestran un color azulado tras el fallo cardiaco que precedió a la muerte.
La talla, de madera policromada, refleja diez años de estudio de su autor y responde a una vieja aspiración de la Hermandad Universitaria, que desde 1992 quería venerar un Cristo inspirado en la Sindone. En 2007 se encargó la obra, que fue entregada en marzo de 2010, cuando fue expuesta por primera vez.
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