lunes, 26 de abril de 2010

NTRA. SRA. DE MONTSERRAT, PATRONA DE CATALUNYA

FESTIVIDAD DE NTRA. SRA. DE MONTSERRAT

La imagen de la Virgen de Montserrat, tallada en madera, es un buen ejemplo del arte románico. La estatua está sentada, mide 95 cm y es casi toda dorada, excepto la cara y las manos de la Virgen, y el Niño. Estas partes tienen un color entre negro y castaño, que se atribuye a las innumerables velas y lámparas encendidas ante la imagen, día y noche, por los peregrinos. Por esto la llaman “La Moreneta”
Cuenta la tradición que San Lucas en persona, utilizando las herramientas de la carpintería de San José, labró una preciosa talla de madera tomando como modelo a la mismísima Madre de Dios. Al parecer, esa imagen fue llevada a España por el apóstol Santiago para ser depositada en la ciudad de Barcelona, donde se la veneró por siglos, aún en los peores momentos de las persecuciones romanas.
Durante la invasión musulmana, un grupo de cristianos retiró la imagen de su ermita para esconderla en una cueva de la montaña de Montserrat y ahí permaneció olvidada hasta que en los primeros tiempos de la Reconquista se la descubrió milagrosamente dando inicio, por segunda vez, a su devoción.
Un santuario en las montañas
En el siglo IX, los pobladores de la región construyeron para ella una pequeña capilla que, con el paso de los años, dio origen al monasterio benedictino de Santa María de Montserrat, en la comarca de Bages, a 720 metros sobre el nivel del mar. Poco después comenzaron a llegar centenares de peregrinos así como también importantes donativos y limosnas que le permitieron al convento crecer de manera constante hasta transformarse en santuario.
La imagen morena
La talla, dorada y policromada, representa a Nuestra Señora sentada en un trono, con el Niño Jesús sobre sus rodillas sostenido por su mano izquierda en tanto en la derecha sujeta una esfera que representa al mundo. El Niño, que a su vez sostiene una piña, mantiene su diestra en alto, en acto de bendición y, como su Madre, se caracteriza por el color negro de su rostro debido, según los historiadores, al humo de las velas y los candelabros.
La devoción se expande
Después que el abad Oliva fundara una orden de monjes junto al pequeño oratorio, la devoción por La Moreneta se difundió por otras comarcas siguiendo la ruta de los ejércitos aragoneses que la llevaron primero a Italia, después a Grecia y finalmente a Oriente. Y con la expansión española por el mundo, surgieron nuevas iglesias, conventos y poblaciones dedicadas a ella.
Patrona del Imperio
España convirtió a La Moreneta en la Virgen Imperial que patrocinaría todas sus empresas. Tales fueron los milagros que Nuestra Señora de Montserrat prodigó a los fieles que Alfonso X el Sabio le dedicó seis de sus Cantigas.
Santos y emperadores visitaron el monasterio para postrarse a sus pies, entre ellos San Ignacio de Loyola, San Pedro Nolasco, San Raimundo de Peñafort, San Luis Gonzaga, San Francisco de Borja, San Vicente Ferrer, San Antonio María Claret, San José de Calasanz, San Benito Labre, San Juan de Mata, el beato Diego de Cádiz, Alfonso el Sabio, Carlos I y Felipe II, los dos últimos en numerosas oportunidades. Felipe II mandó construir a la Virgen el magnífico retablo del altar mayor y su trono fue costeado por suscripción popular.
En 1881 S.S. el papa León XIII la coronó solemnemente declarándola patrona de todas las diócesis de Cataluña y fijó su festividad el 27 de abril, trasladándola del 8 de septiembre en que se la solía conmemorar.

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