viernes, 21 de mayo de 2010

CONCLUYE LA OSTENSIÓN DE LA SÁBANA SANTA CON UN RÉCORD HISTÓRICO DE VISITAS

Este domingo 23 de mayo, finaliza la Ostensión de la Sábana Santa en el Duomo de Turín, con una concelebración eucarística presidida por el cardenal arzobispo Severino Poletto. Según las cifras oficiales, más de un millón de personas se ha querido acercar hasta la catedral de Turín para venerar la Sábana Santa. Pero sin duda el peregrino más ilustre ha sido S.S. Benedicto XVI que viajó hasta Turín el 2 de mayo.
“¿La Sábana Santa no comunica el mismo mensaje? En ella vemos, como reflejados, nuestros padecimientos en los sufrimientos de Cristo: “Passio Christi. Passio hominis”. Precisamente por eso, ella es un signo de esperanza: "Cristo ha afrontado la cruz para poner un dique al mal; para hacernos ver, en su Pascua, la anticipación de aquel momento en el que también para nosotros, toda lágrima será enjugada y no habrá más muerte, ni luto, ni lamento, ni afanes”.
Con estas palabras S.S. Benedicto XVI explicaba el significado de la Sábana Santa que “habla a través de la sangre, la sangre de la vida”. Porque, como evidenció el propio Pontífice, la Sábana es un icono escrito con sangre, “sangre de un hombre flagelado, coronado con espinas, crucificado y herido en el costado derecho. La imagen impresa en la Síndone es la de un muerto, pero la sangre habla de su vida. Cada resto de sangre –concluyó el Papa- habla del amor y de la vida”.
La Sábana Santa sigue siendo un argumento controvertido. Sus primeros testimonios ciertos datan de mediados del siglo XIV. Se sabe con certeza que el 14 de septiembre de 1578, fiesta de la Exaltación de la Cruz, los turineses acogieron con gran emoción la Sábana Santa. En los últimos cien años la Sábana Santa ha sido expuesta en ocho ocasiones, siendo la última ostensión, la del año 2000 organizada por el Gran Jubileo.

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