domingo, 17 de octubre de 2010

"La simbiosis de nacionalismo y progresismo ha sido letal para la religión en todos los lugares en los que se ha encarnado. Cataluña es uno de ellos. Parece que por fin se han dado cuenta en Roma de la muerte anunciada y se está procediendo a nombrar obispos de otra casta que comienzan a recoger las primeras cosechas. Soler vive anclado en un pasado que ya ha muerto, aunque dejando también tantos muertos en el camino, y acaba de descolgarse con unas impresentables declaraciones sobre el aborto. Que no le gusta, faltaría más, pero que ya que está ahí hay que regularlo. Eso no lo puede decir un abad benedictino en claro apoyo a la ley exterminadora de niños en el vientre de sus madres. Claro que por desgracia el aborto está ahí. Pero no hay que regularlo. Hay que suprimirlo. Como habría que hacer con Soler. Suprimirlo como abad de Montserrat e incluso como benedictino. Ya fuera del monasterio le deseo toda clase de venturas personales. Con Hilari Raguer, la Forcades y todos los demás compañeros, y compañeras, que son una vergüenza como hijos de San Benito".

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