lunes, 4 de enero de 2010

LOS PAPAS PIO XII Y JUAN PABLO II, DECLARADOS "VENERABLES"

S. S. el Papa Benedicto XVI autorizó el pasado sábado la publicación de los decretos que reconocen las virtudes heroicas de los Papas Juan Pablo II y Pío XII, que de este modo pasan a ser reconocidos como "venerables" por la Iglesia. Con mucha alegría, sin duda alguna, os trasmitimos una buena nueva que no por ser muy esperada y deseada por todo el mundo nos ha dejado de sorprender gratamente
Se trata del primer paso importante del proceso romano para la causa de beatificación de los dos pontífices. Para que puedan ser elevados a la gloria de los altares, ahora se necesitará el reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión tras su muerte por una comisión científica, una comisión teológica, una comisión de cardenales y obispos y, por último, por el mismo Pontífice. Para ser declarados santos se requerirá el reconocimiento de otro milagro atribuido a su intercesión.

El Papa Pío XII (Eugenio Pacelli), nacido en Roma en 1876, fue obispo de Roma entre 1939 y 1958, año en que falleció en la residencia veraniega en Castel Gandolfo, la residencia de los papas cercana a la Ciudad Eterna. Recordemos que el Papa Pio XII – que mucho de nosotros conocimos aunque fuera a través de los “medios de comunicación social”-, “guió el timón de la barca de Pedro” es decir la Iglesia Católica, en las difíciles tormentas de la segunda guerra mundial, desplegando una importante obra de ayuda a los perseguidos, incluidos los judíos.
Se dan las circunstancias que Pío XII Consagró obispo a Juan Pablo II.
Precisamente en el cuadragésimo aniversario del inicio del pontificado de Pío XII, Juan Pablo II afirmó: “No podemos olvidar la aportación que hizo a la preparación teológica del Concilio Vaticano II, especialmente gracias a sus enseñanzas sobre la Iglesia, las primeras reformas litúrgicas, el nuevo impulso a los estudios bíblicos y su gran atención a los problemas del mundo contemporáneo”.

Por su parte, el carismático y más cercano Papa Juan Pablo II (Karol Wojtyla), nacido en1920 en Wadowice (Polonia), fue elegido Pontífice, en octubre de 1978 y falleció el 2 de abril de 2005 acompañado, por el calor, respeto y admiración de cientos de miles de personas congregados, en la plaza de San Pedro del Vaticano; Y millones de personas que, seguimos su agonía, con cierta tristeza, pegados a “la pequeña pantalla” y “receptores de radio”… Los historiadores del siglo XX le atribuyen un papel decisivo en la caída del comunismo y los historiadores de la Iglesia ven en su pontificado un impulso decisivo a la aplicación del Concilio Vaticano II.
Los decretos fueron autorizados por Benedicto XVI en la audiencia que concedió al arzobispo Monseñor Angelo Amato, SdB.(Salesiano de Don Bosco), prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. La noticia en Video
Este proceso fue explicado por el mismo Papa Joseph Ratzinger al recibir en audiencia a los superiores, oficiales, y colaboradores de la Congregación para las Causas de los Santos con motivo del cuadragésimo aniversario de la institución de este organismo vaticano. "Las principales etapas del reconocimiento de la santidad por parte de la Iglesia, es decir, la beatificación y la canonización, están unidas entre sí por un vínculo de gran coherencia. A éstas se les añade, como indispensable fase preparatoria, la declaración de la heroicidad de las virtudes o del martirio de un siervo de Dios y la verificación de algún don extraordinario, un milagro, que el Señor concede por intercesión del siervo fiel", explicó S.S. El Papa Benedicto XVI: "¡Cuanta sabiduría pedagógica se manifiesta en este camino!", aseguró. Hablando del reconocimiento de las virtudes heroicas, explicó que "en un primer momento, se invita al Pueblo de Dios a contemplar a estos hermanos que, tras un cuidadoso discernimiento, son propuestos como modelos de vida cristiana". Refiriéndose a la beatificación, explicó que con ese paso "se exhorta a dirigirles un culto de veneración y de invocación circunscrito en el ámbito de las Iglesias locales o de órdenes religiosas". Por concluir, añadió, “con la canonización, el pueblo cristiano es llamado a exultar con toda la comunidad de los creyentes por la certeza de que, gracias a la solemne proclamación pontificia, un hijo o una hija suyos han alcanzado la gloria de Dios, donde participa en la perenne intercesión de Cristo a favor de los hermanos". En este proceso, aclaró el pontífice, "la Iglesia acoge con alegría y maravilla los milagros que Dios, en su infinita bondad, le ofrece gratuitamente para confirmar la predicación evangélica. Acoge, al mismo tiempo, el testimonio de los mártires como la forma más límpida e intensa de configuración con Cristo". “La Iglesia, --afirmó el Papa--, realiza estos procesos pues, "en el camino de reconocimiento de la santidad, emerge la riqueza espiritual y pastoral que involucra a toda la comunidad cristiana". "Es decir --concluyó--, la transfiguración de las personas y de las realidades humanas a imagen de Cristo resucitado representa el objetivo último del plan de salvación divina".

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