En una cronología de los últimos hechos relacionados a la basílica y a la estatua de la Piedad, el diario digital Hispanidad revela que tras una carta dirigida a la abadía del Valle de los Caídos en marzo pasado en la que Patrimonio Nacional asume «su autorización a la retirada de la estatua de la Piedad de la Basílica», el abad comunica mediante burofax su «negativa rotunda» a tal desmontaje.
A esta carta, continúa, le siguen dos informes del abad en el que se justificaba técnicamente la no conveniencia del desmontaje de la estatua y se aseguraba la cuestionada estabilidad de la Basílica.
Primero la Basílica amenazaba ruinas; después fueron los Evangelistas de la base de la Cruz los que amenazaban con caerse; por último, es la Piedad la «excusa» para el cierre del templo, señala el decano de la prensa digital en España.
Ante la insistencia de Patrimonio Nacional en desmontar la Piedad, el abad remite por burofax su «negativa fehaciente» ante la vicepresidenta De la Vega y ante el presidente de Patrimonio Nacional, Yago Pico de Coaña. «Y para más seguridad, deja también constancia de su oposición en el registro de PN y de vicepresidencia. En resumen, no hay ninguna duda de la oposición del abad al desmontaje de la Piedad, a pesar de que desde "El País" se descuelguen afirmando que la abadía ha dado su consentimiento. Falso de toda falsedad».
¿Por qué el abad se opone a la retirada de la Piedad? En primer lugar, por razones técnicas. La estatua puede ser reparada «in situ» como se ha hecho siempre, sin necesidad de poner en riesgo la obra escultórica. Pero sobre todo porque la abadía sospecha que lo que está detrás del desmontaje de la Piedad y del show mediático del lunes no es sino el cierre del templo con el objetivo último de su desacralización para realizar el ansiado museo de la memoria histórica. Lo malo es que el Valle está catalogado por la Ley de Memoria Histórica como lugar de culto y enterramiento, no como un museo, señala el diario.
¿Por qué el abad se opone a la retirada de la Piedad? En primer lugar, por razones técnicas. La estatua puede ser reparada «in situ» como se ha hecho siempre, sin necesidad de poner en riesgo la obra escultórica. Pero sobre todo porque la abadía sospecha que lo que está detrás del desmontaje de la Piedad y del show mediático del lunes no es sino el cierre del templo con el objetivo último de su desacralización para realizar el ansiado museo de la memoria histórica. Lo malo es que el Valle está catalogado por la Ley de Memoria Histórica como lugar de culto y enterramiento, no como un museo, señala el diario.
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