
Asimismo, los alienta a renovar sus propósitos de vida cristiana, como miembros vivos de la Iglesia y unidos firmemente a sus pastores, bien conscientes de que la acción del Espíritu Santo no cesa de guiar a la Iglesia y suscitar gracias e impulso evangelizador en cada fiel cristiano.
Con estos sentimientos, e invocando a la Santísima Virgen maría para que los ayude a ser verdaderamente sal de la tierra y luz del mundo entre sus coetáneos y en los diversos ambientes de la sociedad, el Santo Padre les imparte de corazón la implorada bendición apostólica”.
Cardenal Tarcisio Bertone. Secretario de Estado de Su Santidad
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