martes, 8 de junio de 2010

ACABA EL AÑO SACERDOTAL

Carta de monseñor Jaume Pujol Balcells, arzobispo metropolitano de Tarragona y Primado, para el domingo 13 de junio de 2010
"Cuando os lleguen estas líneas estaremos clausurando el Año Sacerdotal. El 11 de junio, viernes, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, el Santo Padre pondrá el punto final a este Año dedicado a los sacerdotes y que ha transcurrido entre luces y sombras. Estoy convencido de que en estos doce meses, como de hecho sucede siempre, el Señor ha derramado muchas gracias en sus ministros, pero también hemos asistido a un número considerable de noticias que hacen referencia a actuaciones deplorables de algunos sacerdotes, poquísimos respecto del total. He de reconocer que me impresionaron las palabras que dijo el Santo Padre a los periodistas, en el avión camino de Fátima, en las que relacionaba esos hechos lamentables con lo que se llama el tercer secreto de Fátima. Decía el Papa: "En la visión se habla de la necesidad de una pasión en la Iglesia, que naturalmente se refleja en la persona del Papa, pero el Papa está por la Iglesia y, por tanto, son padecimientos de la Iglesia los que se anuncian. El Señor ha dicho que la Iglesia tendría que sufrir siempre, de formas diversas hasta el fin del mundo (...). La respuesta de Fátima tiene que ver sustancialmente con la respuesta fundamental, es decir, la conversión permanente, la penitencia, la oración, y las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad (...). La novedad que podemos descubrir hoy en este mensaje está en el hecho de que los ataques al Papa y a la Iglesia no vienen sólo de fuera, sino que proceden precisamente del interior de la Iglesia, del pecado que hay en la Iglesia (...). La Iglesia tiene una profunda necesidad de volver a aprender la penitencia, de aceptar la purificación, de aprender el perdón pero también la necesidad de la justicia ". En la oración por el Año Sacerdotal hemos pedido a Dios que llene de favores y de bendiciones a los sacerdotes. Ahora, al clausurar este tiempo de gracia, pido al Señor que los sacerdotes sepamos acoger el don de aprender la conversión, la penitencia, la oración, las virtudes teologales. Con esta renovación personal e interior podremos renovar también la Iglesia y suscitar las vocaciones que tanta falta nos hacen. Así lo pedimos en la misma oración del Año Sacerdotal: despierta una respuesta de generosa disponibilidad en el corazón de los que llamas al ministerio. En la pasada Jornada de oración por las vocaciones, celebrada el 25 de abril, recordaba el Papa Benedicto XVI como el testimonio suscita las vocaciones. Que el Espíritu Santo nos haga entender que la principal preocupación de cada cristiano y, muy especialmente de los sacerdotes, debe ser la fidelidad, la lealtad a la propia vocación. Aquí radica el secreto no sólo de la felicidad eterna, sino también de la felicidad y la alegría en esta vida".
+ Jaume Pujol Balcells - Arzobispo metropolitano de Tarragona y Primado

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