(Heb.Yakob; Sept.Iakob; N.T.Griego Iakobos; un nombre favorito entre los judíos de la diáspora)
Catalán: JAUME
El hijo de Zebedeo y Salomé (Cf. Mateo 17:56; Marcos 15:40; 16:1). Zanh consigna que Salomé era la hija de un sacerdote. Santiago es designado "el Mayor" para distinguirlo del Apóstol Santiago "el Menor," quien probablemente era más corto de estatura. No sabemos nada de los inicios de la vida de Santiago. Era hermano de Juan, el amado discípulo, y probablemente el mayor de los dos. Sus padres al parecer eran personas acomodadas como consta en los siguientes hechos:
• Zebedeo era un pescador del Mar de Galilea, que probablemente vivió en o cerca de Betsaida (Juan, I, 44), tal vez en Cafarnaúm; y disponía de algunos remeros o peones como sus asistentes comunes (Marcos, I, 20).
• Salomé era una de las devotas mujeres que en adelante siguieron a Cristo y "cuidaban de su asistencia " (cf. Mateo, XXVII, 55, sq.; Marcos, XV, 40; XVI, 1; Lucas, VIII, 2, sq.; XXIII, 55XXIV,1).
• San Juan era conocido del sumo sacerdote (Juan, XVIII, 16); y tuvo que haberse encargado de ahí en adelante de proveer por la Madre de Jesús (Juan, XIX, 27).
Es probable que, de acuerdo Hechos 4:13, que Juan (y por consiguiente su hermano Santiago) no hayan recibido la formación técnica de las escuelas rabínicas; en este sentido carecían de preparación y de ninguna posición oficial entre los Judíos. Más sin embargo, de acuerdo al rango social de sus padres, debieron ser hombres de educación promedio, en los ámbitos comunes de la vida Judía. Tuvieron oportunidad frecuente de estar en contacto con la cultura Griega y su lenguaje, que para entonces estaban ampliamente difundidos a lo largo de las riberas del Mar de Galilea.
Relación de San Juan con Jesús
Algunos autores, comparando Juan 19:25 con Mateo 28:56 y Marcos 15:40, identifican, y probablemente en forma correcta, a María la madre de Santiago el Menor y de José en Marcos y Mateo con "María de Cleofás" en Juan. Como el nombre de María Magdalena ocurre en las tres listas, ellos identifican adicionalmente a Salomé en Marcos con "la madre de los hijos de Zebedeo" en Mateo; finalmente ellos identifican a Salomé con "la hermana de su madre" en Juan. Ellos suponen, para esta última identificación, que las cuatro mujeres son designadas por Juan, XIX, 25; el Siríaco "Peshito" da la lectura: "Su madre y la hermana de su madre, y María la de Cleofás y María Magdalena." Si este último supuesto es correcto, Salomé era hermana de la Santísima Virgen María, y Santiago el Mayor y Juan eran primos hermanos del Señor; esto podría explicar el apostolado de los dos hermanos, la petición de Salomé y su propio reclamo para la primera posición en su Reino, y Su encargo personal de la Santísima Virgen a su propio sobrino. Pero es de dudarse que el Griego admita esta construcción sin la adición o la omisión de kai (y ). Por lo que la relación de Santiago con Jesús se mantiene en duda.
Su vida y apostolado
El origen Galileo de Santiago puede en cierto grado explicar el fuerte temperamento y la vehemente personalidad que les ganaron a él y a San Juan el nombre de Boanerges, "hijos del trueno" (Marcos 3:17) ; la estirpe galilea era devota, fuerte, laboriosa, valiente, y la más fuerte defensora de la nación Judía. Cuando Juan el Bautista proclamó el reino del Mesías , San Juan se volvió discípulo (Juan 1:35); él fue conducido al "Cordero de Dios" y posteriormente condujo a su hermano Santiago al Mesías; el obvio significado de Juan, i,41, es que San Andrés encuentra a su hermano (San Pedro) primero y que posteriormente, San Juan ( que no se nombra a si mismo, de acuerdo con su habitual y característica modestia y silencio acerca de sí mismo) encuentra a su hermano (Santiago). El llamado a Santiago para el apostolado del Mesías es reportado en una narración idéntica o paralela por Mateo 4:18-22; Marcos 1:19 sq.; y Lucas 5:1-11. Los dos hijos de Zebedeo, así como Simón (Pedro) y su hermano Andrés con quienes ellos estaban asociados (Lucas 5:10), fueron llamados por el Señor en el Mar de Gallea donde los cuatro de ellos junto con Zebedeo y sus empleados estaban ocupados en su ordinario oficio de pescadores. Los hijos de Zebedeo "al punto, dejadas las redes y a su padre, le siguieron" (Mateo 4:22), y se convirtieron en "pescadores de hombres". Santiago estuvo con los otros once llamados al Apostolado (Mateo x, 1-4; Marcos III,13-19; Lucas , VI,12-16; Hechos, I,13). En los cuatro (evangelios) se enlistan los nombres de Pedro y Andrés, Santiago y Juan formando el primer grupo, un selecto y prominente grupo (cf. Marcos, XIII, 3); especialmente Pedro, Santiago y Juan. Solamente estos tres Apóstoles fueron admitidos a presenciar el milagro de levantar de la muerte a la hija de Jairo (Marcos,V, 37; Lucas, VIII, 51), en la Transfiguración ( Marcos, IX, 1; Mateo, XVII,1; Lucas, ix, 28), y durante la Agonía en Getsemaní (Mateo, XXVI,37; Marcos, XIV,33). El hecho de que el nombre de Santiago aparece siempre (excepto en Lucas, VIII, 51; IX, 28; Hechos, I,13--Texto en griego) antes que el de su hermano implica aparentemente que Santiago era el mayor de los dos. Es notable mencionar que Santiago jamás es mencionado en el Evangelio de San Juan; este autor observa una reservada modestia no solo en relación con su persona, pero también con miembros de su familia.
Varios incidentes repartidos a través de los Sinópticos sugieren que Santiago y Juan tenían una personalidad particular indicada por el nombre "Boanerges", hijos del trueno, dado a ellos por el Señor (Marcos, III, 17); ellos eran impetuosos y apasionados en su celo evangélico y fuertes de carácter. Los dos hermanos mostraron su fiero temperamento en contra de "cierto hombre que expulsaba demonios" en el nombre de Cristo; Juan, contestó, diciendo: "Nosotros (Santiago es probablemente incluido)le prohibimos, porque el no andaba con nosotros" (Lucas, IX,49). Cuando los samaritanos se rehusaron a recibir a Cristo, Santiago y Juan dijeron: "Señor, quieres que mandemos que llueva fuego del cielo y los devore?" (Lucas, IX, 54; cf. v. 49).
Su Martirio
Durante la última jornada a Jerusalén, su madre Salomé acudió al Señor y dijo a El: "Dispón que estos dos hijos míos tengan su asiento en tu reino, uno a tu derecha y otro a tu izquierda" (Mateo, XX, 21). Y los dos hermanos, ignorantes todavía de la naturaleza espiritual del Reino Mesiánico, se unieron a su madre en esta ansiosa ambición (Marcos 10:37). Y a la afirmación de que ellos estarían dispuestos a beber del cáliz que El bebiera, y de ser bautizados con el bautismo de Sus sufrimientos, Jesús les aseguró que ellos compartirían Su pasión (Marcos 10:38-39). Santiago se ganó la corona del martirio catorce años después de esta profecía, 44 D.C.. Herodes Agripa I, hijo de Aristóbolo y nieto de Herodes el Grande, reinaba en ese tiempo como "rey" sobre un dominio mayor que el de su abuelo. Su gran propósito era complacer a los judíos en todas formas, y mostraba gran aprecio por la Ley Mosaica y costumbres Judías. De acuerdo con esta política, durante la celebración de la Pascua de 44 D.C. , perpetró crueldades hacia la Iglesia, cuyo rápido crecimiento enfurecía a los Judíos. El carácter apasionado de Santiago y su liderazgo entre las comunidades Judeo-Cristianas probablemente condujo al Agripa a escogerlo como la primera víctima. “Degolló a Santiago, el hermano de Juan, con la espada."(Hechos 12:1-2). De acuerdo a la tradición, la cual, como sabemos a partir de Eusebio (Hist. Ecle., II, IX,2,3), fue recibida por Clemente de Alejandría (en su séptimo libro de su obra perdida "Hipotiposis"), el acusador que condujo al Apóstol al juicio, conmovido por su confesión, se convirtió entonces al Cristianismo, siendo ambos decapitados. Como Clemente testifica expresamente que el relato le fue dado "por aquellos que estaban frente a él," esta tradición cuenta con mejores fundamentos que muchas otras tradiciones y leyendas relativas a las obras Apostólicas y muerte de Santiago, relatadas en la obra en Latín "Passio Jacobi Majoris", el Etiópico "Hechos de Santiago", y otros más.
Santiago en España
Según la leyenda, tras el Pentecostés (hacia 33 d. C.), cuando los apóstoles son enviados a la predicación, Santiago habría cruzado el mar Mediterráneo y desembarcado para predicar el Evangelio en la Hispania (actuales España y Portugal). Según unos relatos, su prédica habría comenzado en la Gallaecia, a la que habría llegado tras pasar las Columnas de Hércules, bordeado la Bética y la deshabitada costa de Portugal; otras tradiciones afirman su llegada a Tarraco y su viaje por el valle del Ebro, hasta entroncar con la vía romana que recorría las estribaciones de la Cordillera Cantábrica y terminaba en la actual La Coruña. Esta tradición hace de Santiago el santo patrón protector de España.
En cualquier caso, la tradición de la evangelización por el Apóstol Santiago indica que éste hizo algunos discípulos, y siete de ellos fueron los que continuaron la tarea evangelizadora una vez que Santiago regresó a Jerusalén. Para ello fueron a Roma y fueron ordenados obispos por San Pedro. Son los siete Varones apostólicos. La tradición de los Varones Apostólicos los sitúa junto a Santiago en Zaragoza cuando la Virgen María se apareció en un pilar. De acuerdo a la tradición cristiana, hacia el año 40 la Virgen María se apareció a Santiago el Mayor en Caesaraugusta. María llegó a Zaragoza «en carne mortal» —mucho antes de su asunción— y como testimonio de su visita habría dejado una columna de jaspe conocida popularmente como «el Pilar». Se cuenta que Santiago y los siete primeros convertidos de la ciudad edificaron una primitiva capilla de adobe en la vera del Ebro.
Este testimonio es recogido por un manuscrito de 1297 de los Moralia, sive Expositio in Job, de Gregorio Magno, que se custodia en el Archivo del Pilar. Según Nougués, la capilla se reedificó en 318.
No hay testimonio escrito, aunque sí una tradición arraigada, de su paso por Lérida, hecho que se rememora anualmente con la romería de los Farolillos de Santiago a la ermita erigida en el lugar dónde se supone que el santo descansó.
Aunque no se encuentra constancia de la presencia de cristianos en Galicia antes de mediados del siglo III, se conoce, sin embargo, que existían poblaciones cristianas importantes ya durante el siglo II en las ciudades de la Bética y la Tarraconense, aunque los restos no permiten distinguirlos claramente de las comunidades judías preexistentes hasta el siglo III, lo cual es común a todo el Imperio. El desarrollo del cristianismo en la Península fue rápido e intenso, como lo indican otras tradiciones. Es significativo que fuera en Hispania donde se celebrara el primer concilio conocido tras el de Jerusalén (Concilio de Elvira, hacia 303), recién acabada la persecución de Diocleciano.
La tumba del Apóstol
Alrededor del año 813, en tiempos del Rey de Asturias Alfonso II el Casto, un ermitaño cristiano llamado Paio le dijo al obispo gallego Teodomiro, de Iria Flavia (España), que había visto unas luces merodeando sobre un monte deshabitado. Hallaron una tumba donde se encontraba un cuerpo degollado con la cabeza bajo el brazo.
Sobre los restos que se conservan bajo la catedral de Compostela jamás se han realizado pruebas científicas, y la autenticidad de los mismos ha sido puesta en duda en numerosas ocasiones, entre otros, por el célebre historiador católico Claudio Sánchez Albornoz: «...pese a todos los esfuerzos de la erudición de ayer y de hoy, no es posible, sin embargo, alegar en favor de la presencia de Santiago en España y de su traslado a ella, una sola noticia remota, clara y autorizada. Un silencio de más de seis siglos rodea la conjetural e inverosímil llegada del apóstol a Occidente, y de uno a ocho siglos la no menos conjetural e inverosímil traslatio. Sólo en el siglo VI surgió entre la cristiandad occidental la leyenda de la predicación de Santiago en España; pero ella no llegó a la Península hasta fines del siglo VII.» (C. Sánchez Albornoz: "En los albores del culto jacobeo", en Compostellanum 16 (1971) pp. 37-71).
Por una parte, se ha documentado arqueológicamente la existencia previa de un cementerio de origen céltico y reutilizado en distintas épocas por diversos grupos: por los primeros cristianos llegados a la zona de Galicia (después del año 250 aproximadamente), por los suevos (pueblo guerrero germano que ocupó Galicia entre 411 y 585), por los visigodos («godos del oeste», pueblo germano que ocupó España entre 585 y 711 y que en ese periodo tenía su capital en Toledo), y por los musulmanes en el siglo VIII.
Estos descubrimientos sólo prueban que Compostela era una necrópolis precristiana, pero no soluciona nada con respecto a la tumba de Santiago, cuyos restos podrían pertenecer bien al mismo apóstol (el tráfico de reliquias comenzaba a desarrollarse en ese periodo), bien a cualquier otro mártir cristiano. Incluso algunos proponen que se trate de los restos del mismísimo Prisciliano.
El rey Alfonso ordenó construir una iglesia encima del cementerio (compositum), origen de la Catedral de Santiago de Compostela («Santo Jacob del compositum»). Otros sostienen que la palabra Compostela proviene de campus stellae: «campo de las estrellas», debido a las luces que bailoteaban sobre el cementerio (véase fuego fatuo).
El Camino de Santiago
El descubrimiento de la Tumba del Apóstol supuso para el rey asturias una serie de beneficios: la aglutinación de sus territorios como un solo reino, bajo la especial protección del Apóstol, y la cristianización de la antigua "Vía del Finisterre", ruta seguida tradicionalmente por muchos pueblos de religión céltica, hasta el pretendido fin del mundo. De hecho, las peregrinaciones galas hacia el noroeste de España se han probado arqueológicamente y se puede afirmar que los celtas - en el primer milenio antes de nuestra era - recorrían toda Europa para ir a estos sitios, donde celebraban sus matrimonios y otros ritos. Este camino precristiano se convierte así en el Camino de Santiago o Ruta jacobea, y Compostela en el tercer núcleo de peregrinación medieval, tras Roma y Jerusalén.
En el año 1122, el papa Calixto II instituyó y proclamó que en adelante tuvieran la consideración y privilegios de Año Santo Jacobeo todos los años en los que la fiesta litúrgica de Santiago, el 25 de julio, coincidiera con el día domingo. Los próximos años jacobeos tendrán lugar en 2010 y 2021.
De acuerdo con esta tradición Santiago el Mayor, habiendo predicado el Cristianismo en España, retornó a Judea y fue ejecutado por orden de Herodes; su cuerpo fue milagrosamente trasladado a Iria Flavia en el noroeste de España, y posteriormente a Compostela, cuya ciudad, especialmente durante la Edad Media, se convirtió en uno de los más famosos sitios de peregrinaje en el mundo. El voto de realizar el peregrinaje a Compostela para honrara el sepulcro de Santiago es todavía reservado al Papa, que de motu propio o derecho ordinario puede ser dispensado de realizarlo. En el siglo décimo segundo fue fundada la Orden de los Caballeros de Santiago de Compostela.
Catalán: JAUME
El hijo de Zebedeo y Salomé (Cf. Mateo 17:56; Marcos 15:40; 16:1). Zanh consigna que Salomé era la hija de un sacerdote. Santiago es designado "el Mayor" para distinguirlo del Apóstol Santiago "el Menor," quien probablemente era más corto de estatura. No sabemos nada de los inicios de la vida de Santiago. Era hermano de Juan, el amado discípulo, y probablemente el mayor de los dos. Sus padres al parecer eran personas acomodadas como consta en los siguientes hechos:
• Zebedeo era un pescador del Mar de Galilea, que probablemente vivió en o cerca de Betsaida (Juan, I, 44), tal vez en Cafarnaúm; y disponía de algunos remeros o peones como sus asistentes comunes (Marcos, I, 20).
• Salomé era una de las devotas mujeres que en adelante siguieron a Cristo y "cuidaban de su asistencia " (cf. Mateo, XXVII, 55, sq.; Marcos, XV, 40; XVI, 1; Lucas, VIII, 2, sq.; XXIII, 55XXIV,1).
• San Juan era conocido del sumo sacerdote (Juan, XVIII, 16); y tuvo que haberse encargado de ahí en adelante de proveer por la Madre de Jesús (Juan, XIX, 27).
Es probable que, de acuerdo Hechos 4:13, que Juan (y por consiguiente su hermano Santiago) no hayan recibido la formación técnica de las escuelas rabínicas; en este sentido carecían de preparación y de ninguna posición oficial entre los Judíos. Más sin embargo, de acuerdo al rango social de sus padres, debieron ser hombres de educación promedio, en los ámbitos comunes de la vida Judía. Tuvieron oportunidad frecuente de estar en contacto con la cultura Griega y su lenguaje, que para entonces estaban ampliamente difundidos a lo largo de las riberas del Mar de Galilea.
Relación de San Juan con Jesús
Algunos autores, comparando Juan 19:25 con Mateo 28:56 y Marcos 15:40, identifican, y probablemente en forma correcta, a María la madre de Santiago el Menor y de José en Marcos y Mateo con "María de Cleofás" en Juan. Como el nombre de María Magdalena ocurre en las tres listas, ellos identifican adicionalmente a Salomé en Marcos con "la madre de los hijos de Zebedeo" en Mateo; finalmente ellos identifican a Salomé con "la hermana de su madre" en Juan. Ellos suponen, para esta última identificación, que las cuatro mujeres son designadas por Juan, XIX, 25; el Siríaco "Peshito" da la lectura: "Su madre y la hermana de su madre, y María la de Cleofás y María Magdalena." Si este último supuesto es correcto, Salomé era hermana de la Santísima Virgen María, y Santiago el Mayor y Juan eran primos hermanos del Señor; esto podría explicar el apostolado de los dos hermanos, la petición de Salomé y su propio reclamo para la primera posición en su Reino, y Su encargo personal de la Santísima Virgen a su propio sobrino. Pero es de dudarse que el Griego admita esta construcción sin la adición o la omisión de kai (y ). Por lo que la relación de Santiago con Jesús se mantiene en duda.
Su vida y apostolado
El origen Galileo de Santiago puede en cierto grado explicar el fuerte temperamento y la vehemente personalidad que les ganaron a él y a San Juan el nombre de Boanerges, "hijos del trueno" (Marcos 3:17) ; la estirpe galilea era devota, fuerte, laboriosa, valiente, y la más fuerte defensora de la nación Judía. Cuando Juan el Bautista proclamó el reino del Mesías , San Juan se volvió discípulo (Juan 1:35); él fue conducido al "Cordero de Dios" y posteriormente condujo a su hermano Santiago al Mesías; el obvio significado de Juan, i,41, es que San Andrés encuentra a su hermano (San Pedro) primero y que posteriormente, San Juan ( que no se nombra a si mismo, de acuerdo con su habitual y característica modestia y silencio acerca de sí mismo) encuentra a su hermano (Santiago). El llamado a Santiago para el apostolado del Mesías es reportado en una narración idéntica o paralela por Mateo 4:18-22; Marcos 1:19 sq.; y Lucas 5:1-11. Los dos hijos de Zebedeo, así como Simón (Pedro) y su hermano Andrés con quienes ellos estaban asociados (Lucas 5:10), fueron llamados por el Señor en el Mar de Gallea donde los cuatro de ellos junto con Zebedeo y sus empleados estaban ocupados en su ordinario oficio de pescadores. Los hijos de Zebedeo "al punto, dejadas las redes y a su padre, le siguieron" (Mateo 4:22), y se convirtieron en "pescadores de hombres". Santiago estuvo con los otros once llamados al Apostolado (Mateo x, 1-4; Marcos III,13-19; Lucas , VI,12-16; Hechos, I,13). En los cuatro (evangelios) se enlistan los nombres de Pedro y Andrés, Santiago y Juan formando el primer grupo, un selecto y prominente grupo (cf. Marcos, XIII, 3); especialmente Pedro, Santiago y Juan. Solamente estos tres Apóstoles fueron admitidos a presenciar el milagro de levantar de la muerte a la hija de Jairo (Marcos,V, 37; Lucas, VIII, 51), en la Transfiguración ( Marcos, IX, 1; Mateo, XVII,1; Lucas, ix, 28), y durante la Agonía en Getsemaní (Mateo, XXVI,37; Marcos, XIV,33). El hecho de que el nombre de Santiago aparece siempre (excepto en Lucas, VIII, 51; IX, 28; Hechos, I,13--Texto en griego) antes que el de su hermano implica aparentemente que Santiago era el mayor de los dos. Es notable mencionar que Santiago jamás es mencionado en el Evangelio de San Juan; este autor observa una reservada modestia no solo en relación con su persona, pero también con miembros de su familia.
Varios incidentes repartidos a través de los Sinópticos sugieren que Santiago y Juan tenían una personalidad particular indicada por el nombre "Boanerges", hijos del trueno, dado a ellos por el Señor (Marcos, III, 17); ellos eran impetuosos y apasionados en su celo evangélico y fuertes de carácter. Los dos hermanos mostraron su fiero temperamento en contra de "cierto hombre que expulsaba demonios" en el nombre de Cristo; Juan, contestó, diciendo: "Nosotros (Santiago es probablemente incluido)le prohibimos, porque el no andaba con nosotros" (Lucas, IX,49). Cuando los samaritanos se rehusaron a recibir a Cristo, Santiago y Juan dijeron: "Señor, quieres que mandemos que llueva fuego del cielo y los devore?" (Lucas, IX, 54; cf. v. 49).
Su Martirio
Durante la última jornada a Jerusalén, su madre Salomé acudió al Señor y dijo a El: "Dispón que estos dos hijos míos tengan su asiento en tu reino, uno a tu derecha y otro a tu izquierda" (Mateo, XX, 21). Y los dos hermanos, ignorantes todavía de la naturaleza espiritual del Reino Mesiánico, se unieron a su madre en esta ansiosa ambición (Marcos 10:37). Y a la afirmación de que ellos estarían dispuestos a beber del cáliz que El bebiera, y de ser bautizados con el bautismo de Sus sufrimientos, Jesús les aseguró que ellos compartirían Su pasión (Marcos 10:38-39). Santiago se ganó la corona del martirio catorce años después de esta profecía, 44 D.C.. Herodes Agripa I, hijo de Aristóbolo y nieto de Herodes el Grande, reinaba en ese tiempo como "rey" sobre un dominio mayor que el de su abuelo. Su gran propósito era complacer a los judíos en todas formas, y mostraba gran aprecio por la Ley Mosaica y costumbres Judías. De acuerdo con esta política, durante la celebración de la Pascua de 44 D.C. , perpetró crueldades hacia la Iglesia, cuyo rápido crecimiento enfurecía a los Judíos. El carácter apasionado de Santiago y su liderazgo entre las comunidades Judeo-Cristianas probablemente condujo al Agripa a escogerlo como la primera víctima. “Degolló a Santiago, el hermano de Juan, con la espada."(Hechos 12:1-2). De acuerdo a la tradición, la cual, como sabemos a partir de Eusebio (Hist. Ecle., II, IX,2,3), fue recibida por Clemente de Alejandría (en su séptimo libro de su obra perdida "Hipotiposis"), el acusador que condujo al Apóstol al juicio, conmovido por su confesión, se convirtió entonces al Cristianismo, siendo ambos decapitados. Como Clemente testifica expresamente que el relato le fue dado "por aquellos que estaban frente a él," esta tradición cuenta con mejores fundamentos que muchas otras tradiciones y leyendas relativas a las obras Apostólicas y muerte de Santiago, relatadas en la obra en Latín "Passio Jacobi Majoris", el Etiópico "Hechos de Santiago", y otros más.
Santiago en España
Según la leyenda, tras el Pentecostés (hacia 33 d. C.), cuando los apóstoles son enviados a la predicación, Santiago habría cruzado el mar Mediterráneo y desembarcado para predicar el Evangelio en la Hispania (actuales España y Portugal). Según unos relatos, su prédica habría comenzado en la Gallaecia, a la que habría llegado tras pasar las Columnas de Hércules, bordeado la Bética y la deshabitada costa de Portugal; otras tradiciones afirman su llegada a Tarraco y su viaje por el valle del Ebro, hasta entroncar con la vía romana que recorría las estribaciones de la Cordillera Cantábrica y terminaba en la actual La Coruña. Esta tradición hace de Santiago el santo patrón protector de España.
En cualquier caso, la tradición de la evangelización por el Apóstol Santiago indica que éste hizo algunos discípulos, y siete de ellos fueron los que continuaron la tarea evangelizadora una vez que Santiago regresó a Jerusalén. Para ello fueron a Roma y fueron ordenados obispos por San Pedro. Son los siete Varones apostólicos. La tradición de los Varones Apostólicos los sitúa junto a Santiago en Zaragoza cuando la Virgen María se apareció en un pilar. De acuerdo a la tradición cristiana, hacia el año 40 la Virgen María se apareció a Santiago el Mayor en Caesaraugusta. María llegó a Zaragoza «en carne mortal» —mucho antes de su asunción— y como testimonio de su visita habría dejado una columna de jaspe conocida popularmente como «el Pilar». Se cuenta que Santiago y los siete primeros convertidos de la ciudad edificaron una primitiva capilla de adobe en la vera del Ebro.
Este testimonio es recogido por un manuscrito de 1297 de los Moralia, sive Expositio in Job, de Gregorio Magno, que se custodia en el Archivo del Pilar. Según Nougués, la capilla se reedificó en 318.
No hay testimonio escrito, aunque sí una tradición arraigada, de su paso por Lérida, hecho que se rememora anualmente con la romería de los Farolillos de Santiago a la ermita erigida en el lugar dónde se supone que el santo descansó.
Aunque no se encuentra constancia de la presencia de cristianos en Galicia antes de mediados del siglo III, se conoce, sin embargo, que existían poblaciones cristianas importantes ya durante el siglo II en las ciudades de la Bética y la Tarraconense, aunque los restos no permiten distinguirlos claramente de las comunidades judías preexistentes hasta el siglo III, lo cual es común a todo el Imperio. El desarrollo del cristianismo en la Península fue rápido e intenso, como lo indican otras tradiciones. Es significativo que fuera en Hispania donde se celebrara el primer concilio conocido tras el de Jerusalén (Concilio de Elvira, hacia 303), recién acabada la persecución de Diocleciano.
La tumba del Apóstol
Alrededor del año 813, en tiempos del Rey de Asturias Alfonso II el Casto, un ermitaño cristiano llamado Paio le dijo al obispo gallego Teodomiro, de Iria Flavia (España), que había visto unas luces merodeando sobre un monte deshabitado. Hallaron una tumba donde se encontraba un cuerpo degollado con la cabeza bajo el brazo.
Sobre los restos que se conservan bajo la catedral de Compostela jamás se han realizado pruebas científicas, y la autenticidad de los mismos ha sido puesta en duda en numerosas ocasiones, entre otros, por el célebre historiador católico Claudio Sánchez Albornoz: «...pese a todos los esfuerzos de la erudición de ayer y de hoy, no es posible, sin embargo, alegar en favor de la presencia de Santiago en España y de su traslado a ella, una sola noticia remota, clara y autorizada. Un silencio de más de seis siglos rodea la conjetural e inverosímil llegada del apóstol a Occidente, y de uno a ocho siglos la no menos conjetural e inverosímil traslatio. Sólo en el siglo VI surgió entre la cristiandad occidental la leyenda de la predicación de Santiago en España; pero ella no llegó a la Península hasta fines del siglo VII.» (C. Sánchez Albornoz: "En los albores del culto jacobeo", en Compostellanum 16 (1971) pp. 37-71).
Por una parte, se ha documentado arqueológicamente la existencia previa de un cementerio de origen céltico y reutilizado en distintas épocas por diversos grupos: por los primeros cristianos llegados a la zona de Galicia (después del año 250 aproximadamente), por los suevos (pueblo guerrero germano que ocupó Galicia entre 411 y 585), por los visigodos («godos del oeste», pueblo germano que ocupó España entre 585 y 711 y que en ese periodo tenía su capital en Toledo), y por los musulmanes en el siglo VIII.
Estos descubrimientos sólo prueban que Compostela era una necrópolis precristiana, pero no soluciona nada con respecto a la tumba de Santiago, cuyos restos podrían pertenecer bien al mismo apóstol (el tráfico de reliquias comenzaba a desarrollarse en ese periodo), bien a cualquier otro mártir cristiano. Incluso algunos proponen que se trate de los restos del mismísimo Prisciliano.
El rey Alfonso ordenó construir una iglesia encima del cementerio (compositum), origen de la Catedral de Santiago de Compostela («Santo Jacob del compositum»). Otros sostienen que la palabra Compostela proviene de campus stellae: «campo de las estrellas», debido a las luces que bailoteaban sobre el cementerio (véase fuego fatuo).
El Camino de Santiago
El descubrimiento de la Tumba del Apóstol supuso para el rey asturias una serie de beneficios: la aglutinación de sus territorios como un solo reino, bajo la especial protección del Apóstol, y la cristianización de la antigua "Vía del Finisterre", ruta seguida tradicionalmente por muchos pueblos de religión céltica, hasta el pretendido fin del mundo. De hecho, las peregrinaciones galas hacia el noroeste de España se han probado arqueológicamente y se puede afirmar que los celtas - en el primer milenio antes de nuestra era - recorrían toda Europa para ir a estos sitios, donde celebraban sus matrimonios y otros ritos. Este camino precristiano se convierte así en el Camino de Santiago o Ruta jacobea, y Compostela en el tercer núcleo de peregrinación medieval, tras Roma y Jerusalén.
En el año 1122, el papa Calixto II instituyó y proclamó que en adelante tuvieran la consideración y privilegios de Año Santo Jacobeo todos los años en los que la fiesta litúrgica de Santiago, el 25 de julio, coincidiera con el día domingo. Los próximos años jacobeos tendrán lugar en 2010 y 2021.
De acuerdo con esta tradición Santiago el Mayor, habiendo predicado el Cristianismo en España, retornó a Judea y fue ejecutado por orden de Herodes; su cuerpo fue milagrosamente trasladado a Iria Flavia en el noroeste de España, y posteriormente a Compostela, cuya ciudad, especialmente durante la Edad Media, se convirtió en uno de los más famosos sitios de peregrinaje en el mundo. El voto de realizar el peregrinaje a Compostela para honrara el sepulcro de Santiago es todavía reservado al Papa, que de motu propio o derecho ordinario puede ser dispensado de realizarlo. En el siglo décimo segundo fue fundada la Orden de los Caballeros de Santiago de Compostela.
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