
Ya que coincide la fiesta de hoy en domingo, se celebra el Año jubilar en Santiago de Compostela. En las tierras catalanas San Jaime siempre ha sido muy venerado. Además de las antiguas iglesias de tradición visigótica y pre-románica, hay otras muchas a partir del siglo XII que jalonan los caminos de los peregrinos, en especial los que iban a Santiago de Galicia.
Hay en Catalunya muchas tradiciones locales referentes a San Jaime. La ciudad de Barcelona, en la plaza que lleva ese nombre, y en la que están las sedes de las principales instituciones del gobierno autonómico y municipal, tenía antiguamente una capilla sobre el lugar donde el apóstol habría predicado por primera vez en la península.
Sobre todo durante la Edad Media, Santiago de Compostela se convirtió en un lugar emblemático de peregrinaciones desde toda Europa y se ha podido escribir que nuestro continente nació peregrinando por el llamado “Camino de Santiago”, las rutas iniciales del cual partían desde nuestras tierras catalanas, y hoy día están de nuevo señaladas y vuelven a ser recorridas.
En Santiago el Mayor se da la circunstancia, afirmada por el libro de los Hechos de los Apóstoles, de que fue el primero de los apóstoles que murió por fidelidad a Jesucristo y a su Evangelio. Por ello, le corresponden principalmente a él estas palabras del Concilio Vaticano II: “Los Apóstoles y los mártires de Cristo que con la efusión de su sangre hicieron la mayor afirmación de fe y de amor, la Iglesia siempre ha creído que continúan estrechamente unidos a nosotros en Cristo y los ha venerado con un afecto especial junto a la bienaventurada Virgen María y a los santos ángeles, y ha implorado piadosamente el auxilio de su intercesión”

Este verano, del 5 al 8 de agosto, se celebrará en Santiago de Compostela la llamada Peregrinación Europea de Jóvenes, que tiene este lema: “Como el Apóstol San Jaime, amigos del Señor”. El lema nos recuerda la condición de los doce apóstoles de haber sido los más cercanos seguidores de Cristo, los heraldos de su Evangelio y los testigos de la resurrección del Señor.
Ante la crisis de la fe cristiana en nuestro continente, el hecho de que jóvenes cristianos de hoy recorran de nuevo las rutas que llevaron durante siglos hacia el sepulcro de Santiago, es sin duda un signo de esperanza. La herencia cristiana de la vieja Europa no ha servido sólo para construir el pasado. Esta herencia cristiana está viva y seguirá dando a Europa el alma que necesita para que todo el cuerpo tenga vida auténtica".
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