sábado, 10 de julio de 2010

FESTIVIDAD DE SAN CRISTÓBAL MÁRTIR

(Pintura de arriba realizada por Cosme Proenza Almaguer)
(Pintura de abajo realizada por Joachim Patinir)

El Santo Protector de los Viajeros y Conductores

Según la tradición, Cristóbal era el primogénito y unigénito de un rey cananeo.

Dejó su patria y se puso en camino yendo a parar a las huestes de Gordiano, emperador de Roma, empeñado en una guerra contra los persas.

Pero un día oyó hablar de Cristo, como del más poderoso de los reyes. Y comenzó a preguntarse sobre Él: «¿Cómo he de servir a mi nuevo Señor?». «Con la oración y el ayuno». «No sé rezar». «Ayuna, pues». «¿No ves mi corpulenta estatura? He de comer más que los otros para sostenerme». «Sírvele entonces con tu estatura y tu fuerza. Ayuda a vadear el río a los caminantes que lo necesiten».

Su cuerpo gigantesco empezó a transportar sobre sus hombros a los que no se atrevían a vadear la corriente. Y así una temporada, hasta que un día cruza la corriente cargado con un niño a quien no se molesta en preguntar.

A mitad del río su peso se hace insoportable y sólo a costa de enormes esfuerzos consigue llegar a la orilla. Cristóbal llevaba a hombros más que el universo entero, al mismo Dios que lo creó y redimió. Jesús le dijo: «Te llamarás Cristóforo, porque has llevado a Cristo sobre tus hombros».

Cristóbal fue bautizado en Antioquía. Encarcelado por el rey Dagón, resistió a sus halagos para que se retractara. Dagón le envió dos cortesanas, Niceta y Aquilina, para seducirlo. Pero fueron ganadas por Cristóbal y murieron mártires. Después de varios intentos de tortura, ordenó degollarlo.

En la iconografía tiene la imagen del Santo una importancia grande. Los himnos litúrgicos antiguos proclaman su patronazgo sobre los caminantes. Ello explica que en nuestros días los automovilistas hayan adoptado este excelso patronazgo de San Cristóbal.

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