Tercera
jornada de Tríduum per la Germandat Captiu Dolors.
S’ha
iniciat el tríduum amb el rés de 7 Avemaries, un per cada Dolor, seguit d’un
Glòria.
En la
intervenció d’avui destacaríem la dissertació sobre els dolors de Maria i la
similitud amb els dolors que tots patim en el dia a dia de forma individual o
col.lectiva .
També
ha fet una enèrgica defensa de la virginitat inqüestionable de Maria, abans i
després del naixement de l’infant Jesús.
En
finalitzar els assistents han entonat el Salve Regina en honor a nostra Mare
Verge dels Dolors.
La
Germana Major ha agraït al Sr. Castells les seves sàvies paraules en aquests
dies de Tríduum i li ha fet entrega d’una placa en reconeixement.
Tot
seguit s’ha procedit a la benedicció de les medalles que s’imposarien als nous
Germans i Germanes. Mossèn Segimon Garcia assistit de Mossèn Carles Bellbé ha
estat l’encarregat d’oficiar la cerimònia de Benedicció i de presa de jurament
dels nous membres de la Germandat.
Un a un els nous Germans i Germanes han rebut la medalla insígnia de pertinença a la nostra Gran Família.
Instantània amb els nous Germans i Germanes i la Junta de la Germandat Captiu Dolors
Us reproduïm unes paraules que en ha adreçat
Mn. Sergi Notó i que hem rebut avui mateix.
Querido Antonio.
Hoy es jueves de dolores. Imposible
no empezar a sentir los nervios aunque este año no pueda estar allí. Por eso
esta mañana he querido escribiros unas línea que de alguna modo me hacen sentir
cerca de vosotros.
Recibe un fuerte abrazo y que estas
líneas, si tú lo consideras oportuno, sirvan como un manera de compartir con
vosotros vuestro 30 aniversario,
_______________________________________
Deseo de corazón y rezo para que así
sea, que todos tengáis una santa estación de penitencia en vuestras diferentes
salidas tan importantes en este vuestro 30 aniversario.
Queridos hermanos y hermanas
cofrades.
Jueves de dolores, pórtico de cera,
atrio de ruegos y antesala de la pasión. Os escribo en este día en el que
resulta inevitable teneros presentes. Por eso he querido escribiros estas
líneas. Sea pues una manera de acompañaros…, este año de otro modo. Acompañaros
desde una distancia que únicamente me separa de vosotros físicamente.
30 años de andadura cofrade. 30 años
de nobles intenciones por continuar manifestando públicamente vuestra fe. 30
años de ilusiones, de esfuerzos y de pasión cofrade. 30 años durante los cuales
el Señor os ha bendecido con sus manos atadas pero con su mirada de
misericordia para hacer de vosotros apóstoles de su amor. 30 años meciendo
vuestros deseos en el manto de la Señora que un año más quiere convertir
vuestro dolor en esperanza.
Cada año con la llegada de la Semana
Santa llega también a vuestra hermandad una nueva misión. Este año la misión es
doble. Por un lado la misión de continuar anunciando por las calles de Mataró
que Dios se hizo hombre para que los hombres pudiésemos acercarnos a Dios. Por
otro lado una misión de agradecimiento a Dios porque solo Él ha querido y sabe
porqué 30 años después continuáis dando testimonio de perseverancia en el
anuncio. Sí, porque eso es lo que muchas veces he querido transmitiros: que vuestros
días de calle, de procesión y de pasión son un anuncio.
¡Todo tiene que revestirse de
anuncio! Desde que empieza a prepararse la procesión meses antes hasta que la
procesión culmina su estación de penitencia…, ¡todo es anuncio! Cuando un
cofrade se viste en cada procesión es anuncio, cuando un cofrade espera en el
interior del templo a que se abran sus puertas es anuncio, cuando un cofrade
siente el peso en sus hombros es anuncio. Cuando un cofrade mira a su Señor y a
su Señora es anuncio. Cuando un cofrade escucha el llamador es anuncio. Cuando
un cofrade llora es anuncio. Cuando un cofrade descansa entre cada chicotá es
anuncio.
¿Anuncio de qué? No soy yo quien os
lo debe de decir. Mirad y contemplad a vuestro Cautivo y a vuestra Señora de
los Dolores y ellos os lo dirán. Estoy seguro que en la contemplación de cada
uno de sus rasgos encontraréis un motivo por el que vuestra vida cofrade tiene
que ser por encima de todo un anuncio. ¿Qué cofrade no querría anunciar a los
hombres la importancia de desatar los nudos de la incomprensión y de la
injusticia? ¿Qué cofrade no querría anunciar que del dolor de una madre nace la
esperanza? ¿Qué cofrade no se sentiría llamado a anunciar que Cristo muere por
amor y que su Madre en la soledad de la cruz esta profesando en el dolor de su
llanto el amor que arde en su corazón?
Amigos y hermanos cofrades. Este año
en el que celebráis vuestro 30 aniversario deseo que os sintáis llamados de
manera especial al anuncio de lo que vuestros titulares representan y que os he
querido resumir en esta plegaria con la que me uno a vosotros en la mas
importante de las uniones: la oración.
Te han atado pensando que con los
nudos de la falsedad podrían apresar tu divinidad. Que acción más absurda la de
pensar que a Dios se le puede contener y que conteniéndolo le privarían de la
intención más noble que ha podido tener tu Padre: ofrecernos al Hijo para que
en sus cuerdas encontremos los cabos de nuestra libertad. Te han vestido de
blanco porque ese era el color de la locura…, cuando tu locura no era otra que
la del amor sin medida hasta dar tu vida por amor. Te han desviado tu mirada
hacia el suelo, pensando que así te apartaban de Dios…, cuando tus ojos miran
hacia abajo porque nos miran a nosotros y nos piden que por ti seamos nosotros
quienes miremos hacia tu Padre. Te han alejado de tu Madre y con ello han
pensado que inundarían de dolor su vida…, cuando la vida de tu Madre es aquella
en la que nosotros hallamos la auténtica inspiración en el dolor. Madre de
Cristo, Señora de los Dolores, que nos enseñas que la fe que profesaste en la
cruz es la llama que ardía en tu corazón para que nosotros veamos siempre en ti
la luz verdadera que nos guie y nos lleve hasta tu Hijo. Jesús Cautivo déjanos
que desatemos las cuerdas del desamor y con la ayuda de tu madre las
convirtamos en cíngulos de amor. Jesús Cautivo, déjanos mirarte para que en tu
mirada inclinada hacia los hombres encontremos el anuncio de nuestra misión.
María, déjanos que en tus dolores veamos los nuestros, déjanos que en tu
corazón flameante veamos la luz que ilumine el sentido de nuestro anuncio: dar
testimonio de la mirada amorosa de tu Hijo y que nunca se apague como nunca se
apagó el fuego que ardía en tu corazón, que no era dolor sino el amor que tú
fuiste la primera en desatar de las manos cautivas de tu Hijo. Amén.
Deseo a todos que tengáis una santa
estación de penitencia en vuestras diferentes salidas en este año tan
importante para vosotros. ¡Que continúen siendo anuncio!
Vuestro hermano, amigo y cofrade:
Checho
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